PRÓLOGO DE MERCEDES PEÑA LUCENA

PRÓLOGO

Inteligencia, dame, el nombre exacto de las cosas, clamaba Juan Ramón Jiménez. Por ello, y aunque ya se ha convertido en un tópico, he recurrido al DRAE para comenzar este prólogo con la definición de “antología”: (Del gr. “άνθολογία”; de “άνθος”, flor y “λέγω”, escoger). Colección de piezas escogidas de literatura, música, etc.║ de antología. loc. adj. fig. Digno de ser destacado, extraordinario. Diccionario de la lengua española. RAE. Vigésimo primera edición.

Sin duda, esta colección de poemas ha recibido justa y merecidamente el apelativo: POESÍA y VIDA conforman estas páginas.

Una VIDA que se abre a la universalidad de la mujer de todos los continentes, que pinta sus sinos y esclavitudes, sus logros y fracasos desde el nacimiento hasta la muerte; que bebe de las raíces ancestrales de la cultura griega (alfabeto y mitología) y se adorna con el sensualismo del léxico arábigo-andaluz.

Leer estas páginas es reconocerte, AURORA, en ellas y recorrer juntas un sendero que comenzaste posando tu mirada añil, como el horizonte, llena de ternura sobre tu familia (abuelos y sobrinos) y tu pueblo: su río (el Nacimiento), sus árboles y flores, sus olores, sus calles, sus fiestas populares, el quehacer sencillo de sus gentes…

Leer, AURORA, estas páginas es reconocerte en esa mujer renovada que contempla serena el mar desde su balcón, se ensimisma con las palomas, se funde con el horizonte, se hace eco de campanas y sublima lo cotidiano mojando la galleta en el café.

Leer estas páginas, AURORA, es reconocerte como la luchadora incansable que siempre has sido. Libertad, justicia, mujer y lenguaje: tus campos de batalla. Tus armas: la acción social y, muy especialmente, lo cultural; porque no te has conformado con el avance de los tiempos, sino que has querido tú misma impulsar y promover esos cambios. Has deseado con todas tus fuerzas que el idioma, al que tanto amas, empodere a la mujer, la haga presente en numerosas realidades y contextos. Pero, además, no has consentido que el ímpetu y anhelo por lo futuro borre el pasado, derrochando gratitud y otorgando homenajes a las adolescentes con mejor expediente y a la mujer rural: heroína silenciosa en medio de las tareas domésticas, sencilla, fuerte, sometida y grande.
Leer estas páginas y reconocerte, AURORA, como la poeta que gusta del lenguaje exacto, que lo transgrede para que relumbren sus sentimientos, luz frente a sombras; que se descubre en el verso libre, los romances, las seguidillas y el soneto, con un estilo en el que predomina lo sustantivo como esencia del alma femenina, que escudriña en su interior, dejando que afloren el amor, la soledad y la nostalgia. Tus versos breves sugieren y la condensación de muchos de ellos deja alada la imaginación.

Así que suspendida en tu mundo interior, que no es sino reflejo de nuestro mundo, no me queda más que darte doblemente las GRACIAS. Primero, por tu poesía y segundo, por haber confiado en mí y haberme brindado la oportunidad de compartir el proceso apasionante y delicado de preparación de esta bella antología; de releer y paladear tus versos en estas tardes otoñales y de consentir, que desde la amistad sincera, te imite y homenajee con tan sólo cuatro palabras:

Poeta, ELLA. Mujer, ELLA.





MERCEDES PEÑA LUCENA

LICENCIADA EN FILOLOGÍA HISPÁNICA
PROFESORA DE LENGUA Y LITERATURA EN EL
IES LOS MONTECILLOS DE COÍN (MÁLAGA)




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