PRESENTACIÓN ATENEO DE COÍN
Buenas tardes, autoridades, señor presidente, miembros de la junta directiva del nuevo Ateneo Coín, Cultura del Guadalhorce, ateneístas, representantes de entidades locales y culturales y asistentes en general a este acto a favor de la cultura, el encuentro y el diálogo, queridos amigos y amigas.
Por no hace mudanza en mi
costumbre, quiero empezar agradeciendo esta invitación al acto de presentación
del nuevo Ateneo de Coín y por haber podido ser partícipe de este proyecto
ilusionante, casi desde sus comienzos. Es un honor para mí, como ateneísta, y
como presidenta de la Federación Ateneos de Andalucía.
Hoy es uno de esos días en los
que resuenan palabras como ilusión, esperanza, satisfacción, confianza,
amistad. Vamos a permitirnos quitar el protagonismo a las palabras díscolas, a
los vocablos desvaídos, asombrados por el uso hostil que de ellos hacen los
humanos.
“Las palabras se pertenecen unas
a otras”, decía Virginia Wolf y yo añadiría, y nos acompañan en todos los
momentos de nuestra vida y en los pensamientos más íntimos. Por cotidianas y
asiduas acostumbramos en demasiadas ocasiones a desposeerlas de su verdadero
valor.
Hay palabras bellas y sonoras por
sí mismas y porque se unen a un significado que, sin entrar en elementos
connotativos, rezuman sensaciones placenteras: ataraxia, serendipia, petricor,
lubricán…
Abstraída en estas cosas de
filólogos, o quizás en una recurrente tarea de búsqueda de palabras y
construcciones poco usuales, encontré, entre un diccionario etimológico y una
gramática comparada, un estudio de David Whyte, que disertaba sobre La
belleza de las palabras cotidianas y creció mi curiosidad. Atrapada en su
lectura, me asombró el hecho de que en las primeras páginas del tratado
desgranaba las acepciones de palabras a las que el uso abusivo que hemos hecho
de ellas las había desprovisto de su verdad, degradándolas a una categoría
inferior. Me propuse ayudar a Whyte a devolverles parte su poder y elegí
algunas que, de un modo u otro, se vinculan a este acontecimiento que hoy
celebramos:
- La belleza, como fruto
maduro de la presencia. La que se produce con la caída de una hoja , con esa
gota de agua suspendida en el pétalo de una flor, en el momento fugaz del
viento que esparce las hojas secas.
- Comenzar, siempre tan
temido el momento del primer paso. Y cuánta felicidad obtenemos al dar ese paso
audaz.
- Cerca, con el sentido de “
a punto de”. Cerca de conseguirlo, de ser felices, de alcanzar esa estrella
inalcanzable que eran los sueños para Cervantes.
- Coraje: el que sale de
su más honda raíz etimológica, de la palabra latina cor, del corazón. Es
la medida de nuestra sincera implicación con la vida, con los otros, con el
futuro, con nuestros proyectos.
Me salté crisis, ira, bajo asedio
y decidí acabar con amor
- Amor: Sentimiento de
afecto, inclinación y entrega a alguien o algo. Tomás, durante el encuentro de
noviembre dijo que él quería impulsar un Ateneo para que sus hijas cuando
crecieran tuvieran un lugar adecuado para disfrutar de la cultura, del
pensamiento y del diálogo. Ese es indudablemente el más generoso acto de amor.
Irene Vallejo, en El infinito
en un junco, relata. Desde tiempos remotos las mujeres han contado
historias, han cantado romances y enhebrado versos al amor de la hoguera.
Cuando era niña, mi madre desplegó ante mí el universo de las historias
susurradas, y no por casualidad. A lo largo de los tiempos, han sido sobre todo
las mujeres las encargadas de desovillar en la noche la memoria de los cuentos.
Han sido las tejedoras de relatos y retales.
Cuando (dentro de mucho tiempo)
alguien me recuerde, me gustaría que pensara en mí como una mujer justa y una
contadora de historias. Una mujer capaz de anudar alegrías, ilusiones, miedos o
esperanza con el color de un hilo de luna y pespunteado de libertad. Y una de
esas historias sería:
Un día, después de un temporal
que anegó el valle, oscureció el cielo y se empeñó en demostrarnos que, cuando
ella se lo propone, con la naturaleza no se puede, un tímido sol iluminó la
mañana en la que un grupo de personas, en torno a un sueño, trazaron un
proyecto, que aún carecía de espacio y de tiempo, pero que se iba a
materializar, porque se habían reunido un puñado de soñadores con voluntad y
coraje de hacerlo realidad. Esa mañana del 2 de noviembre había empezado a
caminar el Ateneo de Coín. El resto de la historia está por contar y os
corresponde continuarla.
Quiero terminar con una historia
que sugirieron la lluvia y el amor:
La lluvia simboliza el
crecimiento, la abundancia. El amor, ya sabemos…El amor mueve el mundo. Sí, es
un tópico, una idea multiplicada hasta el hartazgo; pero, ¿ Hemos intentado
explicar el sentido o la razón del amor en cualquiera de sus manifestaciones?
Entrelazando ambas palabras, me trasladé a El jardín de las palabras, un film
de anime que recrea la historia de encuentros y conversaciones de sus
protagonistas a los que unen la lluvia y el diálogo sosegado. En uno de esos
diálogos, Yukino inicia la conversación con Un tanka, un poema
tradicional como una adivinanza,
“Un trueno lejano,
el cielo nublado,
en caso de que llueva,
¿te quedarás a mi lado?”
El poema sólo tiene una respuesta correcta, la de Takao :
“Un trueno lejano, el cielo nublado, aunque no llueva, me
quedaré a tu lado.”
Nos seguiremos encontrando bajo la lluvia protectora de la
cultura en libertad.
Magdalena Romero
Presidenta de la Federación de Ateneos de Andalucía
Coín 23 de mayo de 2025
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