DISCURSO DE MAGDALENA ROMERO EN LA INAUGURACIÓN DEL ATENEO DE COÍN VALLE DEL GUADALHORCE

                                         PRESENTACIÓN ATENEO DE COÍN


Magdalena Romero, Presidenta de la Federación de Ateneos de Andalucía

Buenas tardes, autoridades, señor presidente, miembros de la junta directiva del nuevo Ateneo Coín, Cultura del Guadalhorce, ateneístas, representantes de entidades locales y culturales y asistentes en general a este acto a favor de la cultura, el encuentro y el diálogo, queridos amigos y amigas.

Por no hace mudanza en mi costumbre, quiero empezar agradeciendo esta invitación al acto de presentación del nuevo Ateneo de Coín y por haber podido ser partícipe de este proyecto ilusionante, casi desde sus comienzos. Es un honor para mí, como ateneísta, y como presidenta de la Federación Ateneos de Andalucía.

Hoy es uno de esos días en los que resuenan palabras como ilusión, esperanza, satisfacción, confianza, amistad. Vamos a permitirnos quitar el protagonismo a las palabras díscolas, a los vocablos desvaídos, asombrados por el uso hostil que de ellos hacen los humanos.

“Las palabras se pertenecen unas a otras”, decía Virginia Wolf y yo añadiría, y nos acompañan en todos los momentos de nuestra vida y en los pensamientos más íntimos. Por cotidianas y asiduas acostumbramos en demasiadas ocasiones a desposeerlas de su verdadero valor.

Hay palabras bellas y sonoras por sí mismas y porque se unen a un significado que, sin entrar en elementos connotativos, rezuman sensaciones placenteras: ataraxia, serendipia, petricor, lubricán…

Abstraída en estas cosas de filólogos, o quizás en una recurrente tarea de búsqueda de palabras y construcciones poco usuales, encontré, entre un diccionario etimológico y una gramática comparada, un estudio de David Whyte, que disertaba sobre La belleza de las palabras cotidianas y creció mi curiosidad. Atrapada en su lectura, me asombró el hecho de que en las primeras páginas del tratado desgranaba las acepciones de palabras a las que el uso abusivo que hemos hecho de ellas las había desprovisto de su verdad, degradándolas a una categoría inferior. Me propuse ayudar a Whyte a devolverles parte su poder y elegí algunas que, de un modo u otro, se vinculan a este acontecimiento que hoy celebramos:

- La belleza, como fruto maduro de la presencia. La que se produce con la caída de una hoja , con esa gota de agua suspendida en el pétalo de una flor, en el momento fugaz del viento que esparce las hojas secas.

- Comenzar, siempre tan temido el momento del primer paso. Y cuánta felicidad obtenemos al dar ese paso audaz.

- Cerca, con el sentido de “ a punto de”. Cerca de conseguirlo, de ser felices, de alcanzar esa estrella inalcanzable que eran los sueños para Cervantes.

- Coraje: el que sale de su más honda raíz etimológica, de la palabra latina cor, del corazón. Es la medida de nuestra sincera implicación con la vida, con los otros, con el futuro, con nuestros proyectos.

 

Me salté crisis, ira, bajo asedio y decidí acabar con amor

- Amor: Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo. Tomás, durante el encuentro de noviembre dijo que él quería impulsar un Ateneo para que sus hijas cuando crecieran tuvieran un lugar adecuado para disfrutar de la cultura, del pensamiento y del diálogo. Ese es indudablemente el más generoso acto de amor.

Irene Vallejo, en El infinito en un junco, relata. Desde tiempos remotos las mujeres han contado historias, han cantado romances y enhebrado versos al amor de la hoguera. Cuando era niña, mi madre desplegó ante mí el universo de las historias susurradas, y no por casualidad. A lo largo de los tiempos, han sido sobre todo las mujeres las encargadas de desovillar en la noche la memoria de los cuentos. Han sido las tejedoras de relatos y retales.

Cuando (dentro de mucho tiempo) alguien me recuerde, me gustaría que pensara en mí como una mujer justa y una contadora de historias. Una mujer capaz de anudar alegrías, ilusiones, miedos o esperanza con el color de un hilo de luna y pespunteado de libertad. Y una de esas historias sería:

Un día, después de un temporal que anegó el valle, oscureció el cielo y se empeñó en demostrarnos que, cuando ella se lo propone, con la naturaleza no se puede, un tímido sol iluminó la mañana en la que un grupo de personas, en torno a un sueño, trazaron un proyecto, que aún carecía de espacio y de tiempo, pero que se iba a materializar, porque se habían reunido un puñado de soñadores con voluntad y coraje de hacerlo realidad. Esa mañana del 2 de noviembre había empezado a caminar el Ateneo de Coín. El resto de la historia está por contar y os corresponde continuarla.

Quiero terminar con una historia que sugirieron la lluvia y el amor:

La lluvia simboliza el crecimiento, la abundancia. El amor, ya sabemos…El amor mueve el mundo. Sí, es un tópico, una idea multiplicada hasta el hartazgo; pero, ¿ Hemos intentado explicar el sentido o la razón del amor en cualquiera de sus manifestaciones? Entrelazando ambas palabras, me trasladé a El jardín de las palabras, un film de anime que recrea la historia de encuentros y conversaciones de sus protagonistas a los que unen la lluvia y el diálogo sosegado. En uno de esos diálogos, Yukino inicia la conversación con Un tanka, un poema tradicional como una adivinanza,

“Un trueno lejano,

el cielo nublado,

en caso de que llueva,

¿te quedarás a mi lado?”

 

El poema sólo tiene una respuesta correcta, la de Takao :

“Un trueno lejano, el cielo nublado, aunque no llueva, me quedaré a tu lado.”

 

Nos seguiremos encontrando bajo la lluvia protectora de la cultura en libertad.

 

Magdalena Romero

Presidenta de la Federación de Ateneos de Andalucía

Coín 23 de mayo de 2025





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