Presentación del recital ALAS homenaje a Miguel Hernández con motivo del centenario del nacimieto del poeta.

Recital poético ALAS homenaje a MIGUEL HERNÁNDEZ

Aurora Gámez, presidenta de ALAS

Miguel Hernández poeta y dramaturgo del siglo XX apostó fuerte por una praxis humanista y por un futuro de azahar en el que vivir en democracia. Luchó por la Libertad, la Justicia Social y la Solidaridad. Su voz poética se identifica con el compromiso valiente y sincero.
El poeta nació en Orihuela (Alicante) el 30 de octubre de 1910, hace cien años. Su vida es ejemplo de sencillez, humildad y esfuerzo personal, valores universales por los cuales merece ser recordado. Cuando tenía 15 años conoció a un grupo de muchachos que como él tenían afición a los versos, la tertulia la dirigía un joven de gran cultura y talento, Ramón Sijé que le prestó libros clásicos –Lope de Vega, Garcilaso, San Juan de la Cruz, Quevedo, Góngora, Calderón. Con 20 años tenía escrito Perito en lunas libro publicado en 1933. En Madrid se relaciona con Manuel Altolaguirre, García Lorca, traba amistad con Vicente Aleixandre, Alberti, y Pablo Neruda. En 1935 muere su fraternal amigo Ramón Sijé y Miguel le escribe una Elegía que recibió una excelente crítica de Juan Ramón Jiménez en el diario El Sol. Este hecho abre las puertas a publicaciones en la Revista de Occidente. En 1936, Manuel Altolaguirre edita en su colección Héroe, el segundo libro, Rayo que no cesa, que le consagra como el más hondo y original poeta de la generación del 36. Rayo que no cesa estampa la experiencia amorosa del poeta y comprende sonetos reunidos de 1935-1936. El éxito de este hermoso libro se truncó por la guerra civil. El poeta Republicano militó como Comisario de Cultura y al terminar la contienda fue encarcelado y condenado a muerte. El mismo año de su muerte se publicó Cancionero y Romancero de ausencias poemas últimos escritos de 1941-42. Falleció en la cárcel de Alicante en 1942.
La obra poética de Miguel Hernández de temas pastoriles está influida por Gabriel y Galán, Vicente Medina, por Zorrilla, Espronceda y Bécquer. Pasa por el neo barroquismo gongoriano en su primer libro, Perito en lunas, todo metáforas, hasta los últimos poemas intensamente dramáticos escritos desde la cárcel. Los modernistas que influyeron en su obra son Rubén Darío, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez. Se observa su impronta en “El Hombre acecha” “Los esposos soldados” y los poemas de “Hijos de la luz y de la Sombra”.
La obra poética de Miguel Hernández es un legado presente en la historia de España por la fuerza de sus versos, la belleza y el sentimiento profundo de hombre de pueblo que transcendió de lo cotidiano. Dámaso Alonso lo consideró “genial epígono de la generación del 27” aunque se le incluye en la generación del 36.


Inicia el Recital con VUELO, poema de sus últimos días en el que los rayos efímeros de la esperanza elevan el ánimo para caer, heridas de muerte sus alas y de plomo el corazón.

VUELO

Sólo quien ama vuela. Pero, ¿quién ama tanto
que sea como el pájaro más leve y fugitivo?
Hundiendo va este odio reinante todo cuanto
quisiera remontarse directamente vivo.

Amar ... Pero, ¿quién ama? Volar ... Pero, ¿quién vuela?
Conquistaré el azul ávido de plumaje,
pero el amor, abajo siempre, se desconsuela
de no encontrar las alas que da cierto coraje.

Un ser ardiente, claro de deseos, alado,
quiso ascender, tener la libertad por nido.
Quiso olvidar que el hombre se aleja encadenado.
Donde faltaban plumas puso valor y olvido.

Iba tan alto a veces, que le resplandecía
sobre la piel el cielo, bajo la piel el ave.
Ser que te confundiste con una alondra un día,
te desplomaste otro como el granizo grave.

Ya sabes que las vidas de los demás son losas
con que tapiarte: cárceles con que tragar la tuya.
Pasa, vida, entre cuerpos, entre rejas hermosas.
A través de las rejas, libre la sangre afluya.

Triste instrumento alegre de vestir; apremiante
tubo de apetecer y respirar el fuego.
Espada devorada por el uso constante.
Cuerpo en cuyo horizonte cerrado me despliego.

No volarás. No puedes volar, cuerpo que vagas
por estas galerías donde el aire es mi nudo.
Por más que te debatas en ascender, naufragas.
No clamarás. El campo sigue desierto y mudo.

Los brazos no aletean. Son acaso una cola
que el corazón quisiera lanzar al firmamento.
La sangre se entristece de debatirse sola.
Los ojos vuelven tristes de mal conocimiento.

Cada ciudad, dormida, despierta loca, exhala
un silencio de cárcel, de sueño que arde y llueve
como un élitro ronco de no poder ser ala.
El hombre yace. EL cielo se eleva. El aire mueve.


Ante la tumba de Miguel Hernández, su amigo Vicente Aleixandre dijo: “Tú, el más puro y verdadero, tú el más real de todos, tú el no desaparecido”.

El recuerdo y la poesía de Miguel Hernández están hoy vivos. Su obra se publica y se traduce a numerosos idiomas. Su voz ardiente y pura, sigue escuchándose con emoción: la emoción de toda verdadera poesía.


OBRA DE MIGUEL HERNÁNDEZ:

*Perito en lunas, Murcia, La Verdad, 1933 (Prólogo de Ramón Sijé).
*El rayo que no cesa, Madrid, Colección de poesía Héroe de Manuel Altolaguirre, 1936.
*Vientos del pueblo. Poesía en la guerra, Valencia, Socorro Rojo Internacional, 1937 (Prólogo de Tomás Navarro Tomás).
*El labrador de más aire, Madrid - Valencia, Nuestro Pueblo, 1937.
*El rayo que no cesa, Buenos Aires, Espasa-Calpe, 1949 (Prólogo de José María Cossío. Incluye poemas inéditos).
*Seis poemas inéditos y nueve más, Alicante, Col. Ifach, 1951.
*Obra escogida, Madrid, Aguilar, 1952 (Incluye poemas inéditos).
*Cancionero y romancero de ausencias, (1938–1941), Buenos Aires, Lautaro, 1958 (Prólogo de Elvio Romero).
*Antología, Buenos Aires, Losada, 1960 (Selec. y Prólogo de Mª de Gracia Ifach. Incluye poemas inéditos).
*Obras completas, Buenos Aires, Losada, 1960 (Ordenada por E. Romero. Prólogo de Mª de Gracia Ifach).
*El hombre acecha, Santander, Diputación, 1961 (Facsímil de la primera edición de 1939 perdida en imprenta).
*POEMAS de Miguel Hernández Ed. Plaza & Janés, S.A. 1976 (Selección de su mujer Josefina Manresa y José Luís Cano).
*Obra poética completa, Madrid, Zero, 1979 (Introducción, estudio y notas de Leopoldo de Luis y Jorge Urrutia).
*24 sonetos inéditos, Alicante, Instituto de estudios Juan Gil-Albert, 1986 (Edición de José Carlos Rovira).

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