Pseudónimo: QUEBRANTO
TÍTULO:
CANCIÓN DE DESPEDIDA
Gotas de sudor resbalan por mi espalda
gélidas punzadas de muerte en mi piel.
Lágrimas ausentes de vida y plenas de amargura,
angustia de no ser ya más que humo para ti.
La noche no avanza,
se paró con tu huída.
Hoy la luna no brilla para mí.
Me retuerzo entre las sábanas
para sacudirme la tortura de tu mentira
Y te odio.
Y me desprecio.
Y me odio por tu desprecio
No volveré a despertar a la llamada del amanecer,
cerraré mis ojos al florecer de los almendros.
No buscaré el aroma del romero
ni del tomillo
ni del blanco azahar
ni del brezo.
El reloj se paró con tu adiós.
Mi vida se esfumó con tu huida y ahora marcharé yo…
Me enfundaré un raído gorro de lana color marrón
y mi dedo índice elevará las gafas de pasta que resbalen continuamente por mi nariz.
Saldré a buscar aire fresco aunque encuentre el mismo mundo del día anterior lleno de calaveras.
La cabeza gacha,
el rostro mustio,
en el horizonte un mar de lágrimas
y en los árboles melocotones de terciopelo negro.
Buscaré las gaviotas que antaño venían a visitarme
y los rayos del sol que otrora salían también por mí.
Días grises,
silencios rotos por gritos mudos,
caminos distintos a veredas muertas.
Ni mi propia sombra ya me habla…
Tornados de miseria,
temporales que azotan mis cabellos,
un vaso de agua con tres gotas de limón y una ramita de menta.
Lágrimas brotando de un corazón cansado de latir
Te llevaste mi alma contigo,
la esparciste hecha añicos por el aire
y ahora recojo mi propio yo hecho cristales.
Estoy siendo consumida por la lumbre de tu recuerdo.
Y te odio.
Y me desprecio por saberme tan débil.
No volveré a despertar a la llamada del amanecer,
cerraré mis ojos al florecer de los almendros.
No buscaré el aroma del romero
ni del tomillo
ni del blanco azahar
ni del brezo.
Sólo dejaré que me acompañe el eco de tu voz en mi adiós
y la impronta en mis labios de tu último beso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario