Si
algún día me pierdo entre la niebla
recoge
mi equipaje, es leve brisa.
De
cobijo mi túnica te sirva
mis
huellas sean camino que te orienta.
No
soy mejor, peor, tampoco he sido
mi
paso por el puerto de esta vida
va
siendo independiente de mí misma.
Igual
que muchos otros he sufrido
exilio
por ser pobre, he padecido
el
viento y las heladas me abrazaron
sufriendo
las penurias de un destierro.
A
mi puerta el terror sin piedad vino
de
la muerte del hambre atenazado
buscando
en un refugio mi consuelo.
Implorando
otro suelo:
¡abre
puerta al amor, quieren matarle!
¡abre
porque pudieran derrotarle!
Aurora Gámez Enríquez
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